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jueves, 6 de abril de 2017

VIVIR LA SEMANA SANTA

VIVIR VERDADERAMENTE LA SEMANA SANTA



Semana Santa, ¡Qué bien! es vacaciones, es juerga ...
Vemos que hay una brecha: Semana Santa Vs Semana Tranca

 

Vemos mucha hipocrecía en esta fecha importante para el cristianismo católico


Sé coherente con lo que crees. Si eres católico, vive la Semana Santa.




¿Qué se recuerda, vive y celebra en Semana Santa?










lunes, 7 de septiembre de 2015

CAMBIA DE MENTALIDAD Y ACCIÓN

CAMBIA TU PENSAMIENTO NEGATIVO EN POSITIVO

Elabora un pensamiento positivo usando la frase "chapa tu ..." y súbelo al blog en comentarios, recuerda poner imágenes en tu frase positiva.

Por ejemplo:






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miércoles, 13 de marzo de 2013

HABEMUS PAPAM: FRANCISCO I


PAPA FRANCISCO I

JORGE MARIO BERGOGLIO

ES MOMENTO DE HACER NUESTRO HACER NUESTRA ORACIÓN POR EL PAPA FRANCISCO I

ANUNCIO DEL NUEVO PAPA


2013-03-13 Radio Vaticana
El Cardenal Jorge Mario Bergoglio, es el nuevo Papa.
A las 19.06 del miércoles 13 de marzo, la chimenea de la Capilla Sixtina exhaló el esperado humo blanco anunciando que el nuevo Sucesor de Pedro ha sido elegido por los cardenales.




LAS PRIMERAS PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO I




Hermanos y hermanas, buenas tardes.

Sabéis que el deber del cónclave era dar un Obispo a Roma. Parece que mis hermanos Cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo..., pero aquí estamos. Os agradezco la acogida. La comunidad diocesana de Roma tiene a su Obispo. Gracias. Y ante todo, quisiera rezar por nuestro Obispo emérito, Benedicto XVI. Oremos todos juntos por él, para que el Señor lo bendiga y la Virgen lo proteja.

(Padre nuestro. Ave María. Gloria al Padre).

Y ahora, comenzamos este camino: Obispo y pueblo. Este camino de la Iglesia de Roma, que es la que preside en la caridad a todas las Iglesias. Un camino de fraternidad, de amor, de confianza entre nosotros. Recemos siempre por nosotros: el uno por el otro. Recemos por todo el mundo, para que haya una gran fraternidad. Deseo que este camino de Iglesia, que hoy comenzamos y en el cual me ayudará mi Cardenal Vicario, aquí presente, sea fructífero para la evangelización de esta ciudad tan hermosa. Y ahora quisiera dar la Bendición, pero antes, antes, os pido un favor: antes que el Obispo bendiga al pueblo, os pido que vosotros recéis para el que Señor me bendiga: la oración del pueblo, pidiendo la Bendición para su Obispo. Hagamos en silencio esta oración de vosotros por mí....

Ahora daré la Bendición a vosotros y a todo el mundo, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

(Bendición).

Hermanos y hermanas, os dejo. Muchas gracias por vuestra acogida. Rezad por mí y hasta pronto. Nos veremos pronto. Mañana quisiera ir a rezar a la Virgen, para que proteja a toda Roma. Buenas noches y que descanséis.

Papa Francisco

¿QUIÉN ES EL PAPA FRANCISCO I?

2013-03-13 Radio Vaticana
Cardenal Jorge Mario Bergoglio s.j.Arzobispo de Buenos Aires y Primado de la ArgentinaNació en Buenos Aires el 17/12/1936.Ordenado Sacerdote el 13/12/1969.Juan Pablo II lo nombró Obispo titular de Auca y Auxiliar de Buenos Aires el 20/05/1992.Consagrado Obispo en Buenos Aires el 27/06/1992.Vicario Episcopal Zona Flores (06/07/1992).Vicario General de la Arquidiócesis de Buenos Aires (21/12/1993).Nombrado por el Papa Juan Pablo II Arzobispo Coadjutor de Buenos Aires (03/06/1997).Asume como Arzobispo de Buenos Aires (28/02/1998).Creado Cardenal por el Papa Juan Pablo II en el Consistorio del 21 de febrero del 2001, con el título de San Roberto Belarmino. 

BIOGRAFÍA

www.vatican.va

Jorge Mario Bergoglio, SJ, arzobispo de Buenos Aires (Argentina) , Ordinario para los fieles de rito oriental residentes de la en la Argentina sin ordinarios de su propio rito, nació en Buenos Aires 17 de diciembre 1936. Estudió y se graduó como ingeniero químico, pero eligió el sacerdocio y entró en el seminario de Villa Devoto. El 11 de marzo 1958 se unió al noviciado de la Compañía de Jesús, estudió humanidades en Chile y en 1963, regresando a Buenos Aires, tiene una licenciatura en filosofía en la Facultad de Filosofía de la máxima colegio "San José» San Miguel.

Entre 1964 y 1965 fue profesor de literatura y psicología en el Colegio de la Inmaculada Concepción de Santa Fe en 1966 y ha enseñado a los mismos temas en el colegio del Salvador de Buenos Aires.
De 1967 a 1970 estudió teología en la Facultad de Teología de la máxima colegio "San José", San Miguel, donde se graduó.
El 13 de diciembre de 1969 fue ordenado sacerdote.
En 1970-71, él hizo la tercera probación en Alcalá de Henares (España), 22 de abril 1973, hizo su profesión perpetua.
Fue maestro de novicios en Villa Barilari, de San Miguel (1972-1973), profesor de la Facultad de Teología, Consultor de la Provincia y Rector del Colegio arriba. El 31 de julio 1973 fue nombrado Provincial de la Argentina, cargo que ha tenido durante seis años.
Entre 1980 y 1986 fue rector de la universidad, y la mayor parte de la Facultad de Filosofía y Teología en la misma casa y párroco de San José Patriarca, la diócesis de San Miguel.


En marzo de 1986 viajó a Alemania para completar su tesis doctoral, por lo que cuanto más alto se han destinado al Colegio del Salvador, desde donde se trasladó a la iglesia de la Compañía en la ciudad de Córdoba como director espiritual y confesor.


El 20 de mayo de 1992, Juan Pablo II lo nombró Obispo titular de Auca y auxiliar de Buenos Aires. El 27 de junio del mismo año recibió la Catedral de Buenos Aires ordenación episcopal del cardenal Antonio Quarracino, el Nuncio Apostólico, Mons. Ubaldo Calabresi y el obispo de Mercedes-Luján, monseñor Emilio Ogñénovich.
El 3 de junio de 1997 fue nombrado Arzobispo Coadjutor de Buenos Aires, 28 de febrero 1998 el arzobispo de Buenos Aires para la sucesión, a la muerte del cardenal Quarracino.


Es autor de los libros: " Meditaciones párr Religiosa de "1982," Reflexiones sobre la vida apostólica "en 1986 y" Reflexiones de esperanza "de 1992.


Usted Ordinario para los fieles de rito oriental del residente en la Argentina que no puede confiar en su rito ordinario. Rector de la Universidad Católica Argentina.


Relator General a la 10 ª Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos (octubre de 2001).
Desde noviembre 2005 hasta noviembre 2011 fue Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina.
Por B. Juan Pablo II lo creó cardenal en el consistorio del 21 de febrero de 2001, con el título de San Roberto Belarmino .



Miembro de:
  • Congregaciones: para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, para el Clero, para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica; 
  • del Pontificio Consejo para la Familia:
  • de la Pontificia Comisión para América Latina. 




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martes, 30 de octubre de 2012

EL SEÑOR DE LOS MILAGROS


Tenemos una cultura religiosa, donde caminamos, lloramos, pedimos al Señor de los  Milagros para que nos alivie algún mal que tenemos o para que nos conceda algún favor.
Esta es una fiesta religiosa sin embargo ¿Tenemos fe?. 
Es una pregunta que pareciera incoherente con grandes demostraciones de "fe" que pueden ser "fideismo" 
Nos acordamos del Señor de los Milagros solo en el mes de octubre ¿Y todo el año dónde está nuestra fe?
En el mismo mes de octubre cometemos atroces actos de violencia olvidándonos de un "Señor sufriente" que ha vivido y vive en carne y hueso los actos de violencia.

Señor de los Milagros, oh Señor, olvidado, maltratado, rechazado y utilizado. Perdónanos por que no sabemos lo que hacemos.




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viernes, 26 de octubre de 2012

VIOLENCIA, NO EN GAMARRA, EN TODO EL PERÚ

LA ÚNICA DISCRIMINADA DEBE SER LA VIOLENCIA


Las imágenes de violencia en gamarra no es digna de ser publicadas, como no son dignos quienes la cometieron, que se enorgullecen al ver sus rostros en los titulares.

¿Quién tiene la culpa? se preguntan, solo una persona, YO.
Cuando soy indiferente ante la violencia.
Cuando me quedo callado al ver la violencia.
Cuando pienso en hacer violencia.
Cuando siento violencia.
Cuando cometo violencia.
............. violencia.
.....................violencia.
..............................violencia.

Por ello,

LA ÚNICA DISCRIMINADA DEBE SER LA VIOLENCIA



¿Qué debo pensar, sentir y hacer 

para discriminar la violencia en mí?

Pensar que soy digno como el otro.
Sentirme humano como el otro.
Hacerme el bien como al otro.

En fin, amarme como amar, respetarme como respetar, valorarme como valorar.

Yo soy digno por ello no cometo violencia contra mí y contra los demás.
Me siento humano,  siento dolor por el dolor de otros. Me cuestiono cuando la "persona" siente más dolor por los animales que por los propios hombres.
Trato de hacer conciencia en mí mismo y en los demás que...

LA ÚNICA DISCRIMINADA DEBE SER LA VIOLENCIA


Esa es mi reflexión.

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martes, 16 de octubre de 2012

DEJA TU DENUNCIA


¿QUÉ DENUNCIAS TÚ DEL MUNDO 

QUE TE HA TOCADO VIVIR?


Tú puedes anunciar tus denuncias de lo que pasa en nuestra realidad. Puedes relatar un hecho o situación, que creas que tiene que denunciarse.

Pasos para la denuncia

- Tener el espíritu de la RETROALIMENTACIÓN (Feedback), para que los demás puedan reconocer su error y se corrijan.
- Evitar los insultos y las agresiones.
- Leer el artículo sigu
iente: Sospecha y denuncia
- Busca las causas del problema.
- Indicar por qué la situación se mantiene así.
- Propón una alternativa de solución.


¡Tú puedes participar!


ANTES DE COMENTAR LEE EL ARTÍCULO: SOSPECHA Y DENUNCIA
en este enlace que ha inspirado esta actividad  http://www.xtec.cat/~lvallmaj/agora/denunci2.htm

 DEJA TU DENUNCIA AQUÍ

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viernes, 24 de febrero de 2012

PRINCIPIOS DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

PROPÓSITOS DE APRENDIZAJE

COMPETENCIA
CAPACIDADES
INDICADOR  DE DESEMPEÑO
“Asume la experiencia del encuentro personal y comunitario con dios en su proyecto de vida en coherencia con su creencia religiosa”
Actúa coherentemente en razón de su fe según los principios de su conciencia moral en situaciones concretas de la vida.
Toma conciencia de las necesidades del prójimo para actuar de acuerdo a  los Principios de la Doctrina Social de la Iglesia.
Enfoques transversales. Orientación al Bien común
Campo temático: Las enseñanzas de la Iglesia
VALOR (ES)
ACCIÓN (ES) OBSERVABLES
Respeto, honestidad, responsabilidad, amor.
Los estudiantes asumen el compromiso de cambio de la sociedad al conocer los Principios de la Doctrina Social de la Iglesia.


jueves, 23 de febrero de 2012

¿Qué dice la Iglesia ante el terrorismo?

La doctrina Social de la Iglesia nos manifiesta:

La condena del terrorismo



El terrorismo es una de las formas más brutales de violencia que actualmente perturba a la Comunidad Internacional, pues siembra odio, muerte, deseo de venganza y de represalia.  De estrategia subversiva, típica sólo de algunas organizaciones extremistas, dirigida a la destrucción de las cosas y al asesinato de las personas, el terrorismo se ha transformado en una red oscura de complicidades políticas, que utiliza también sofisticados medios técnicos, se vale frecuentemente de ingentes cantidades de recursos financieros y elabora estrategias a gran escala, atacando personas totalmente inocentes, víctimas casuales de las acciones terroristas.  Los objetivos de los ataques terroristas son, en general, los lugares de la vida cotidiana y no objetivos militares en el contexto de una guerra declarada. El terrorismo actúa y golpea a ciegas, fuera de las reglas con las que los hombres han tratado de regular sus conflictos, por ejemplo mediante el derecho internacional humanitario: « En muchos casos se admite como nuevo sistema de guerra el uso de los métodos del terrorismo ». No se deben desatender las causas que originan esta inaceptable forma de reivindicación. La lucha contra el terrorismo presupone el deber moral de contribuir a crear las condiciones para que no nazca ni se desarrolle.


El terrorismo se debe condenar de la manera más absoluta. Manifiesta un desprecio total de la vida humana, y ninguna motivación puede justificarlo, en cuanto el hombre es siempre fin, y nunca medio. Los actos de terrorismo hieren profundamente la dignidad humana y constituyen una ofensa a la humanidad entera: « Existe por tanto, un derecho a defenderse del terrorismo ».  Este derecho no puede, sin embargo, ejercerse sin reglas morales y jurídicas, porque la lucha contra los terroristas debe conducirse respetando los derechos del hombre y los principios de un Estado de derecho. La identificación de los culpables debe estar debidamente probada, ya que la responsabilidad penal es siempre personal y, por tanto, no se puede extender a las religiones, las Naciones o las razas a las que pertenecen los terroristas. La colaboración internacional contra la actividad terrorista « no puede reducirse sólo a operaciones represivas y punitivas. Es esencial que incluso el recurso necesario a la fuerza vaya acompañado por un análisis lúcido y decidido de los motivos subyacentes a los ataques terroristas ».  Es necesario también un compromiso decidido en el plano « político y pedagógico »  para resolver, con valentía y determinación, los problemas que en algunas dramáticas situaciones pueden alimentar el terrorismo: « El reclutamiento de los terroristas resulta más fácil en los contextos sociales donde los derechos son conculcados y las injusticias se toleran durante demasiado tiempo ».1085


Es una profanación y una blasfemia proclamarse terroristas en nombre de Dios:  de ese modo se instrumentaliza, no sólo al hombre, sino también a Dios, al creer que se posee totalmente su verdad, en vez de querer ser poseídos por ella. Definir « mártires » a quienes mueren cumpliendo actos terroristas es subvertir el concepto de martirio, ya que éste es un testimonio de quien se deja matar por no renunciar a Dios y a su amor, no de quien asesina en nombre de Dios.


Ninguna religión puede tolerar el terrorismo ni, menos aún, predicarlo.  Las religiones están más bien comprometidas en colaborar para eliminar las causas del terrorismo y promover la amistad entre los pueblos.

Fuente: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/justpeace/documents/rc_pc_justpeace_doc_20060526_compendio-dott-soc_sp.html#La%20condena%20del%20terrorismo


viernes, 10 de febrero de 2012

GRACIAS CATHOLIC.NET

Con mucha alegría y gratitud me uno a esta red mundial de Catholic.net con el solo fin de evangelizar   por medio del Internet y hacer llegar a todos  el Reino de Dios.

Muchas gracias.





Catholic.net busca unir los esfuerzos de todos los católicos en la red, con el fin de dar una mayor visibilidad y promoción al trabajo evangelizador que realizan las diversas instituciones y realidades eclesiales en Internet, es por eso que certifica al sitio "El Profe 7" que se encuentra en:
http://elprofe7.blogspot.com/ 
Felicitándolo y agradeciendo su generoso aporte para hacer cada día más fuerte el Reino de Cristo.

MENSAJE DEL PAPA BENEDICTO XVI PARA LA CUARESMA 2012



«Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras» (Hb 10, 24) es el lema elegido elegido por el Papa para la Cuaresma 2012, que comienza el 22 de febrero, miércoles de ceniza
Queridos hermanos y hermanas: La Cuaresma nos ofrece una vez más la oportunidad de reflexionar sobre el corazón de la vida cristiana: la caridad. En efecto, este es un tiempo propicio para que, con la ayuda de la Palabra de Dios y de los Sacramentos, renovemos nuestro camino de fe, tanto personal como comunitario. Se trata de un itinerario marcado por la oración y el compartir, por el silencio y el ayuno, en espera de vivir la alegría pascual.
 
Este año deseo proponer algunas reflexiones a la luz de un breve texto bíblico tomado de la Carta a los Hebreos: «Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras» (10,24). Esta frase forma parte de una perícopa en la que el escritor sagrado exhorta a confiar en Jesucristo como sumo sacerdote, que nos obtuvo el perdón y el acceso a Dios. El fruto de acoger a Cristo es una vida que se despliega según las tres virtudes teologales: se trata de acercarse al Señor «con corazón sincero y llenos de fe» (v. 22), de mantenernos firmes «en la esperanza que profesamos» (v. 23), con una atención constante para realizar junto con los hermanos «la caridad y las buenas obras» (v. 24). Asimismo, se afirma que para sostener esta conducta evangélica es importante participar en los encuentros litúrgicos y de oración de la comunidad, mirando a la meta escatológica: la comunión plena en Dios (v. 25).
 
Me detengo en el versículo 24, que, en pocas palabras, ofrece una enseñanza preciosa y siempre actual sobre tres aspectos de la vida cristiana: la atención al otro, la reciprocidad y la santidad personal.
 
1. “Fijémonos”: la responsabilidad para con el hermano.
 
El primer elemento es la invitación a «fijarse»: el verbo griego usado es katanoein, que significa observar bien, estar atentos, mirar conscientemente, darse cuenta de una realidad. Lo encontramos en el Evangelio, cuando Jesús invita a los discípulos a «fijarse» en los pájaros del cielo, que no se afanan y son objeto de la solícita y atenta providencia divina (cf. Lc 12,24), y a «reparar» en la viga que hay en nuestro propio ojo antes de mirar la brizna en el ojo del hermano (cf. Lc 6,41). Lo encontramos también en otro pasaje de la misma Carta a los Hebreos, como invitación a «fijarse en Jesús» (cf. 3,1), el Apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra fe. Por tanto, el verbo que abre nuestra exhortación invita a fijar la mirada en el otro, ante todo en Jesús, y a estar atentos los unos a los otros, a no mostrarse extraños, indiferentes a la suerte de los hermanos. Sin embargo, con frecuencia prevalece la actitud contraria: la indiferencia o el desinterés, que nacen del egoísmo, encubierto bajo la apariencia del respeto por la «esfera privada».
 
También hoy resuena con fuerza la voz del Señor que nos llama a cada uno de nosotros a hacernos cargo del otro. Hoy Dios nos sigue pidiendo que seamos «guardianes» de nuestros hermanos (cf. Gn 4,9), que entablemos relaciones caracterizadas por el cuidado reciproco, por la atención al bien del otro y a todo su bien. El gran mandamiento del amor al prójimo exige y urge a tomar conciencia de que tenemos una responsabilidad respecto a quien, como yo, es criatura e hijo de Dios: el hecho de ser hermanos en humanidad y, en muchos casos, también en la fe, debe llevarnos a ver en el otro a un verdadero alter ego, a quien el Señor ama infinitamente. Si cultivamos esta mirada de fraternidad, la solidaridad, la justicia, así como la misericordia y la compasión, brotarán naturalmente de nuestro corazón. El Siervo de Dios Pablo VI afirmaba que el mundo actual sufre especialmente de una falta de fraternidad: «El mundo está enfermo. Su mal está menos en la dilapidación de los recursos y en el acaparamiento por parte de algunos que en la falta de fraternidad entre los hombres y entre los pueblos» (Carta. enc. Populorum progressio [26 de marzo de 1967], n. 66).
 
La atención al otro conlleva desear el bien para él o para ella en todos los aspectos: físico, moral y espiritual. La cultura contemporánea parece haber perdido el sentido del bien y del mal, por lo que es necesario reafirmar con fuerza que el bien existe y vence, porque Dios es «bueno y hace el bien» (Sal 119,68). El bien es lo que suscita, protege y promueve la vida, la fraternidad y la comunión. La responsabilidad para con el prójimo significa, por tanto, querer y hacer el bien del otro, deseando que también él se abra a la lógica del bien; interesarse por el hermano significa abrir los ojos a sus necesidades. La Sagrada Escritura nos pone en guardia ante el peligro de tener el corazón endurecido por una especie de «anestesia espiritual» que nos deja ciegos ante los sufrimientos de los demás. El evangelista Lucas refiere dos parábolas de Jesús, en las cuales se indican dos ejemplos de esta situación que puede crearse en el corazón del hombre. En la parábola del buen Samaritano, el sacerdote y el levita «dieron un rodeo», con indiferencia, delante del hombre al cual los salteadores habían despojado y dado una paliza (cf. Lc 10,30-32), y en la del rico epulón, ese hombre saturado de bienes no se percata de la condición del pobre Lázaro, que muere de hambre delante de su puerta (cf. Lc 16,19). En ambos casos se trata de lo contrario de «fijarse», de mirar con amor y compasión. ¿Qué es lo que impide esta mirada humana y amorosa hacia el hermano? Con frecuencia son la riqueza material y la saciedad, pero también el anteponer los propios intereses y las propias preocupaciones a todo lo demás. Nunca debemos ser incapaces de «tener misericordia» para con quien sufre; nuestras cosas y nuestros problemas nunca deben absorber nuestro corazón hasta el punto de hacernos sordos al grito del pobre. En cambio, precisamente la humildad de corazón y la experiencia personal del sufrimiento pueden ser la fuente de un despertar interior a la compasión y a la empatía: «El justo reconoce los derechos del pobre, el malvado es incapaz de conocerlos» (Pr 29,7). Se comprende así la bienaventuranza de «los que lloran» (Mt 5,4), es decir, de quienes son capaces de salir de sí mismos para conmoverse por el dolor de los demás. El encuentro con el otro y el hecho de abrir el corazón a su necesidad son ocasión de salvación y de bienaventuranza.
El «fijarse» en el hermano comprende además la solicitud por su bien espiritual. Y aquí deseo recordar un aspecto de la vida cristiana que a mi parecer ha caído en el olvido: la corrección fraterna con vistas a la salvación eterna. Hoy somos generalmente muy sensibles al aspecto del cuidado y la caridad en relación al bien físico y material de los demás, pero callamos casi por completo respecto a la responsabilidad espiritual para con los hermanos. No era así en la Iglesia de los primeros tiempos y en las comunidades verdaderamente maduras en la fe, en las que las personas no sólo se interesaban por la salud corporal del hermano, sino también por la de su alma, por su destino último. En la Sagrada Escritura leemos: «Reprende al sabio y te amará. Da consejos al sabio y se hará más sabio todavía; enseña al justo y crecerá su doctrina» (Pr 9,8ss). Cristo mismo nos manda reprender al hermano que está cometiendo un pecado (cf. Mt 18,15). El verbo usado para definir la corrección fraterna —elenchein—es el mismo que indica la misión profética, propia de los cristianos, que denuncian una generación que se entrega al mal (cf. Ef 5,11). La tradición de la Iglesia enumera entre las obras de misericordia espiritual la de «corregir al que se equivoca». Es importante recuperar esta dimensión de la caridad cristiana. Frente al mal no hay que callar. Pienso aquí en la actitud de aquellos cristianos que, por respeto humano o por simple comodidad, se adecúan a la mentalidad común, en lugar de poner en guardia a sus hermanos acerca de los modos de pensar y de actuar que contradicen la verdad y no siguen el camino del bien. Sin embargo, lo que anima la reprensión cristiana nunca es un espíritu de condena o recriminación; lo que la mueve es siempre el amor y la misericordia, y brota de la verdadera solicitud por el bien del hermano. El apóstol Pablo afirma: «Si alguno es sorprendido en alguna falta, vosotros, los espirituales, corregidle con espíritu de mansedumbre, y cuídate de ti mismo, pues también tú puedes ser tentado» (Ga 6,1). En nuestro mundo impregnado de individualismo, es necesario que se redescubra la importancia de la corrección fraterna, para caminar juntos hacia la santidad. Incluso «el justo cae siete veces» (Pr 24,16), dice la Escritura, y todos somos débiles y caemos (cf. 1 Jn 1,8). Por lo tanto, es un gran servicio ayudar y dejarse ayudar a leer con verdad dentro de uno mismo, para mejorar nuestra vida y caminar cada vez más rectamente por los caminos del Señor. Siempre es necesaria una mirada que ame y corrija, que conozca y reconozca, que discierna y perdone (cf. Lc 22,61), como ha hecho y hace Dios con cada uno de nosotros.
 
2. “Los unos en los otros”: el don de la reciprocidad.
 
Este ser «guardianes» de los demás contrasta con una mentalidad que, al reducir la vida sólo a la dimensión terrena, no la considera en perspectiva escatológica y acepta cualquier decisión moral en nombre de la libertad individual. Una sociedad como la actual puede llegar a ser sorda, tanto ante los sufrimientos físicos, como ante las exigencias espirituales y morales de la vida. En la comunidad cristiana no debe ser así. El apóstol Pablo invita a buscar lo que «fomente la paz y la mutua edificación» (Rm 14,19), tratando de «agradar a su prójimo para el bien, buscando su edificación» (ib. 15,2), sin buscar el propio beneficio «sino el de la mayoría, para que se salven» (1 Co 10,33). Esta corrección y exhortación mutua, con espíritu de humildad y de caridad, debe formar parte de la vida de la comunidad cristiana.
 
Los discípulos del Señor, unidos a Cristo mediante la Eucaristía, viven en una comunión que los vincula los unos a los otros como miembros de un solo cuerpo. Esto significa que el otro me pertenece, su vida, su salvación, tienen que ver con mi vida y mi salvación. Aquí tocamos un elemento muy profundo de la comunión: nuestra existencia está relacionada con la de los demás, tanto en el bien como en el mal; tanto el pecado como las obras de caridad tienen también una dimensión social. En la Iglesia, cuerpo místico de Cristo, se verifica esta reciprocidad: la comunidad no cesa de hacer penitencia y de invocar perdón por los pecados de sus hijos, pero al mismo tiempo se alegra, y continuamente se llena de júbilo por los testimonios de virtud y de caridad, que se multiplican. «Que todos los miembros se preocupen los unos de los otros» (1 Co 12,25), afirma san Pablo, porque formamos un solo cuerpo. La caridad para con los hermanos, una de cuyas expresiones es la limosna —una típica práctica cuaresmal junto con la oración y el ayuno—, radica en esta pertenencia común. Todo cristiano puede expresar en la preocupación concreta por los más pobres su participación del único cuerpo que es la Iglesia. La atención a los demás en la reciprocidad es también reconocer el bien que el Señor realiza en ellos y agradecer con ellos los prodigios de gracia que el Dios bueno y todopoderoso sigue realizando en sus hijos. Cuando un cristiano se percata de la acción del Espíritu Santo en el otro, no puede por menos que alegrarse y glorificar al Padre que está en los cielos (cf. Mt 5,16).
 
3. “Para estímulo de la caridad y las buenas obras”: caminar juntos en la santidad.
 
Esta expresión de la Carta a los Hebreos (10, 24) nos lleva a considerar la llamada universal a la santidad, el camino constante en la vida espiritual, a aspirar a los carismas superiores y a una caridad cada vez más alta y fecunda (cf. 1 Co 12,31-13,13). La atención recíproca tiene como finalidad animarse mutuamente a un amor efectivo cada vez mayor, «como la luz del alba, que va en aumento hasta llegar a pleno día» (Pr 4,18), en espera de vivir el día sin ocaso en Dios. El tiempo que se nos ha dado en nuestra vida es precioso para descubrir y realizar buenas obras en el amor de Dios. Así la Iglesia misma crece y se desarrolla para llegar a la madurez de la plenitud de Cristo (cf. Ef 4,13). En esta perspectiva dinámica de crecimiento se sitúa nuestra exhortación a animarnos recíprocamente para alcanzar la plenitud del amor y de las buenas obras.
 
Lamentablemente, siempre está presente la tentación de la tibieza, de sofocar el Espíritu, de negarse a «comerciar con los talentos» que se nos ha dado para nuestro bien y el de los demás (cf. Mt 25,25ss). Todos hemos recibido riquezas espirituales o materiales útiles para el cumplimiento del plan divino, para el bien de la Iglesia y la salvación personal (cf. Lc 12,21b; 1 Tm 6,18). Los maestros de espiritualidad recuerdan que, en la vida de fe, quien no avanza, retrocede. Queridos hermanos y hermanas, aceptemos la invitación, siempre actual, de aspirar a un «alto grado de la vida cristiana» (Juan Pablo II, Carta ap. Novo millennio ineunte [6 de enero de 2001], n. 31). Al reconocer y proclamar beatos y santos a algunos cristianos ejemplares, la sabiduría de la Iglesia tiene también por objeto suscitar el deseo de imitar sus virtudes. San Pablo exhorta: «Que cada cual estime a los otros más que a sí mismo» (Rm 12,10).
 
Ante un mundo que exige de los cristianos un testimonio renovado de amor y fidelidad al Señor, todos han de sentir la urgencia de ponerse a competir en la caridad, en el servicio y en las buenas obras (cf. Hb 6,10). Esta llamada es especialmente intensa en el tiempo santo de preparación a la Pascua. Con mis mejores deseos de una santa y fecunda Cuaresma, os encomiendo a la intercesión de la Santísima Virgen María y de corazón imparto a todos la Bendición Apostólica.
 
Vaticano, 3 de noviembre de 2011
BENEDICTUS PP. XVI

domingo, 5 de febrero de 2012

NINGUNA TREGUA AL TERRORISMO

 


 La verdad es oscurecida por intereses particulares y cegada por no ser difundida, por ello vemos personas que sin haber vivido o conocido la realidad del terrorismo en nuestro país están a favor de este tipo de movimientos  del TERROR.

El terrorismo tiene una nueva táctica, y es entrar por las vías políticas, sectores públicos, con cargos relevantes de nuestros país para predicar la ideología terrorista, disfrazada por el derecho de todos por la "justicia social".

¿Qué justicia es matar a personas?

Ninguna persona tiene derecho a matar a otra y nuestra constitución así lo afirma en el artículo 1,1: "Toda persona tiene derecho a la vida, a su identidad, a su integridad moral, psíquica y física, y a su libre desarrollo y bienestar"

Este grupo a favor del terror, se convierte implícitamente en agentes del terrorismo disfrazados de demócratas.

Nosotros los peruanos no podemos permitir ni un paso más a la ideología terrorista por las siguientes razones:





Para algunos esto es dramatización.






"EL PUEBLO UNIDO CONTRA EL TERRORISMO JAMÁS SERÁ VENCIDO"



PARA QUE NO SE VUELVA A REPETIR TEN CONCIENCIA HISTÓRICA


NO A LA IDEOLOGÍA TERRORISTA